Según la revista Vogue, la moda sostenible apareció a mediados de 2007, no para ser una tendencia a corto plazo, sino más bien una inclinación que podría durar varias temporadas. Bajo este concepto, los diseñadores Enrique Maidana y Sebastián Lagomarsino dejaron sus proyectos en Paraguay y Argentina, respectivamente, para instalarse en Tulum (México) y así abocarse de lleno a este movimiento.
Hace dos años fundaron Kexe, su marca de interiorismo que en guaraní significa imperfecto, junto a Beta Astral, diseñadora y directora creativa de la marca Anikenna del Hotel Azulik). Y este año crearon Hedonio, una marca textil de diseño sostenible.
Hoy en día los diseñadores de moda están introduciendo métodos de producción con conciencia ecológica a través de la utilización de materiales ambientalmente amigables y métodos socialmente responsables para la fabricación de sus prendas. Desde materiales nobles como algodones y sedas orgánicas, tintes naturales de origen vegetal con flores, frutos o raíces y procesos artesanales cuyos protagonistas dejan de ser las máquinas. En su lugar, son los pequeños productores y artesanos los que dejan su impronta sobre el textil.
“Existe una movida muy grande, no solo en Tulum sino en varias grandes ciudades de Latinoamérica y el mundo, para incentivar la producción de tejidos, pigmentos y otros materiales que tengan 100% origen natural y que incluso para su elaboración no haya efectos perjudiciales para el medio ambiente”, comenta Sebastián.
Si bien los costos de producción son más altos y lentos es importante saber que incluso habiendo dejado de usar estos productos y descartarlos, su degradación como desechos ocurre de una manera orgánica y no tóxica ya que por su origen natural y elaboración noble no resulta complicada su descomposición, integrándose casi como un desecho vegetal.
“Tapizados para sillones de algodón orgánico, lámparas elaboradas de fibra de palma, géneros confeccionados con seda orgánica, piezas de nácar, productos para decorar hechos con piedra, mármoles o incluso conchas de mar, son parte de los miles de productos que, con buen gusto, excelente calidad y producción artesanal podemos realizar interiorismo y contribuir siguiendo las pautas del diseño sustentable”, agrega Enrique.
En Tulum, por caso, muchos procesos de confección de prendas o teñido de las mismas siguen técnicas mayas. El resultado de ese proceso es una prenda 100% única, con un acabado orgánico y un impacto mínimo en el ambiente.